NOCIONES DE GESTIÓN EMPRESARIAL. MARKETING Y VENTAS

La función comercial es probablemente la función más importante de la empresa. La empresa debe tener clientes/usuarios de su producto. Es el único modo de que la empresa pueda finalmente monetizar de alguna manera.

El procedimiento clásico consiste en vender el producto a los clientes, que pagan por él, pero ese planteamiento necesita ser completado en el siglo XXI, teniendo en cuenta varias cuestiones:
  1. El producto, casi siempre hay que configurarlo en términos de servicio. El cliente no quiere comprar nada, quiere solucionar sus problemas, conseguir sus objetivos, y la actividad de la empresa debe orientarse en ese sentido, prestando al cliente los servicios que necesita para la consecución de sus objetivos. Esos servicios en algunos casos giran en torno a un producto, pero en otros, no.
  2. El modo de obtener ingresos por la empresa no siempre procede del cliente, o mejor dicho, del usuario de nuestro producto o servicio. Hay productos, cada vez más, que son gratis para el usuario, pero que permiten generar ingresos para el suministrador de los mismos. Ingresos que pueden proceder de publicidad, de operaciones realizadas con terceros, en base al uso de nuestro producto, servicio,...
En todo caso, sea como sea, la empresa debe orientarse a la satisfacción del cliente, y debe colocar siempre al cliente en el centro de su actividad. Ese debe ser siempre nuestro objetivo prioritario.




Y para ello, está el marketing, que incluye una serie de estrategias para atraer, captar, retener y fidelizar clientes. 






Y están las estrategias de ventas, que pretenden conectar el proceso de venta con el proceso de compra, para conseguir que nuestro cliente compre finalmente nuestro producto.



Y está finalmente el servicio de atención al cliente. para resolver los posibles problemas que en cualquier momento pudiera tener nuestro cliente/usuario en relación a nuestro producto.



La clave de una buena gestión de la función comercial de nuestra empresa, consiste en colocar siempre al cliente en el centro de nuestra actividad, y establecer las estrategias de marketing adecuadas, que harán fácil el proceso de venta, al estar el producto perfectamente diseñado para el cliente, y en perfecta conexión con su deseo manifestado en el proceso de compra, cuidar que la venta se realice de la manera más satisfactoria para el cliente, y siendo capaces de resolver cualquier problema que pudiera surgir antes, durante o después del proceso de venta. Y estando pendientes siempre de cómo evolucionan las necesidades y deseos de nuestros clientes, para ir evolucionando con él.



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